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viernes, 22 de mayo de 2009

un pequeño homenaje a Chano Lobatos

como todos os habreis informado Chano nos dejo en el mes de abril 2009, le rendimos este pequeño homenaje a un gran hombre lleno de humanidaz co su gracia de cadiz y con el cante de cadiz e ida y vuelta metido hasta la medula. la pura expresión del sabor y compas de cadiz.


Juan ha sido uno de los cantaores más redondos del siglo XX. Dominaba como pocos el ritmo y el compás de los estilos festeros (cantiñas-alegrías, bulerías, tientos-tangos, bulerías por soleá, cualquier bolero, tango, cuplé, ranchera, copla o aires latinoamericanos por bulerías); mantenía profundidad y pellizco en los serios; conocía la mayoría de los personalismos flamencos más resaltables (Aurelio, Caracol, El Chaqueta, El Gallina..); dominaba con profusión martinetes, tonás y deblas, siguiriyas, soleares, farruca, caña, garrotín, polo, serrana, peteneras, cantes mineros, ¡Y por malagueñas! ¡Y por tanguillos!, cualquier canción él la hacía flamenca y esa virtud suya es la que tienen que ver los flamencos y foráneos como auténtica evolución de este arte, y dejarse de mestizaje, fusión, entroncamiento.



Hijo Predilecto de la Provincia de Cádiz, Chano Lobato nunca perdió el contacto con su ciudad a pesar de abandonarla, por primera vez, cuando aún no había cumplido los 20 años. Ni su vida de viajes por el mundo acompañando a las principales compañías de baile -más de 20 años estuvo con Antonio Ruiz, El Bailarín- ni su residencia sevillana le hicieron perder la idiosincrasia adquirida en sus años en el barrio de Santa María, donde nació. Cádiz viajaba con él a través de sus cantes y de su palabra. En los primeros, su garganta se remontaba a Las Mirris o a La Butrón, porque él era poseedor de todo el patrimonio cantaor de la ciudad. En sus cantes, también se colaban las coplas del Carnaval y los aires americanos en forma de guajira. Y, dominador supremo del compás, capaz era de someter a su tiempo riguroso cualquier copla de su gusto, como los tangos argentinos -Volver siempre remitirá a él-. Su palabra era heredera de una filosofía de vida que entronca con el genio gaditano de los Ezpeleta, Cojo Peroche, El Beni y Pericón, a los que siempre llevó por el mundo. En el escenario, a Chano, casi tanto como cantar, le gustaba contar las historias de esos gaditanos cuyos famosos embustes él amplificaba hasta hacernos desternillar de risa. (FERMÍN LOBATÓN - Sevilla - 07/04/2009 )

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