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viernes, 22 de mayo de 2009

juan talega cantes de alcala y trianeros

Juan Talega:

un verdadero maestro del cante jondo y los sonidos negros. gran dominador de los cante trianeros y los cantes de alcala. merece todos mis respetos Juan Talega por su jondura y su mantenimiento de las formas disfruten de los videos y os dejo unos comentarios sobre él de flamencologos.

Francisco Moreno Galván: "Allí, a Dos Hermanas, en las calientes noches del sur, Juan Talega solía sentarse en la puerta de su casa, en una silla baja, con una vara de acebuche en la mano, con la que apuntaba, indefectiblemente, un ritmo de solear. Allí llegaban muchas veces, para sentarse junto a él, los grandes del cante. Iban para recoger algún retazo de su magisterio, para que les iniciase en su gran secreto... Igual que los antiguos iban a las grandes cuevas sibilinas para impregnarse de los viejos secretos. La voz de Juan era la voz de los padres antiguos, Juan Talega, generosamente, iba dándole a cada uno lo que podía".



Domingo Manfredi Cano: "Hay quien dice que Juan Talega es un cantaor frío, un cantaor sabio, un cantaor a quien los duendes rehúyen, porque está siempre vigilante de sí mismo; un cantaor precavido, que no da un paso en el cante sin estar seguro del terreno que pisa; un cantaor que se sabe todas las veredas de los cantes; un cantaor capaz de orientarse sin estrellas y sin brújula en la noche oscura de los cantes primitivos, pero también un cantaor incapaz de lanzarse al río sin saber nadar, de arrancarse del alma ni una brizna más de las justas en cada tercio de la soleá. Es decir, que se le acusa de saber demasiado, pero yo le defiendo y digo que su aparente frialdad es la consecuencia de su largo vivir, de su experiencia, de su saber que sólo hay un modo de hacer las cosas y que haciéndolas de ese modo, nunca podrá uno ser reprochado".






Manuel Ríos Ruiz: "Era un león gitano, un goliá del cante levantando el pecho hasta la papá. Y el cante le encendía la cabeza, la blanca cabellera, los años y los saberes bajo andaluces. Y Mairena lo escuchaba embobao. Juan Talega era toda una representación de un mundo, de una música, de una gente y su poesía dolorida. Hay que recordarle, hay que evocarle, hay que rendirle pleitesía... Aquella voz caliente como olivos quemándose merece un paraninfo y mil poemas, un salterio de cantes, porque él, aquel tratante de Dos Hermanas, repartió su sabiduría popular cuando hizo falta que lo hiciera, se sentó ante el público a cantar para dejar razón de unos estilos básicos, para que no se perdieran los sones de una sangre, los sentimientos ancestrales de una ralea única... Quienes le conocimos entovía le vemos con la mano mandando los tercios y la jondura subiéndole a la cara, como jierve un mineral".

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